Con más de 70 años a cuestas, y tras haber dejado atrás mi vida laboral como funcionario del Estado español, disfruto de una rutina plena y significativa. Mi día a día está lleno de pequeñas responsabilidades, como cuidar de mis nietos junto a mi esposa Carmen, pasear a nuestra perrita teckel y hacer las compras, tareas que lejos de ser simples quehaceres, aportan sentido a mi vida. Además, dedico tiempo a mí mismo, caminando con regularidad, montando en bicicleta estática y manteniendo relaciones sociales con amigos cercanos. De vez en cuando, Carmen y yo nos escapamos a algún viaje, disfrutando de nuevas experiencias. He descubierto nuevas pasiones, como dibujar, escribir y hacer música mediante una aplicación informática. Estas aficiones me permiten expresarme y disfrutar del proceso creativo, ofreciendo inspiración a quienes buscan propósito tras la jubilación.
Quiero mostrar que, después de retirarse de la vida profesional, hay muchas formas de aprovechar el tiempo con actividades diversas. Después de 45 años de trabajo, puedo decir con certeza que, ¡hay vida después de la jubilación! No añoro mi vida profesional; fue una etapa bella que tuvo su momento, pero no la extraño. Me siento afortunado de haber seguido aquel consejo de Confucio: “Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida”. Mi trabajo fue para mí el pasatiempo preferido, un disfrute que nunca sentí como una carga.
Aprovecho para decir a aquellos que se sienten perdidos tras la jubilación: no dejen que el tiempo te someta. Hay un mundo de oportunidades esperando, incluso en las cosas más sencillas y cotidianas. La jubilación no marca el final, sino simplemente un nuevo comienzo lleno de posibilidades y oportunidades para seguir creciendo, creando y disfrutando de la vida de una manera diferente.
La madurez no es sinónimo de resignación, sino de elección consciente. Hoy elijo quién quiero ser, qué quiero hacer y con quién deseo compartir mi tiempo. No hay mayor libertad que esa. La vida sigue siendo un libro abierto, y cada día, una nueva página que llenar.
Por último, una recomendación. No muestres estar satisfecho con tu vida a algunas personas; “No hay nada más peligroso que ser feliz delante de un envidioso”
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