08 enero 2025

SUR DE PERU

 





"La civilización es la obra más alta del espíritu humano, pero también la más frágil."

Ramiro de Maeztu

El sur de Perú es una región que combina la majestuosidad de los Andes, el misterio de antiguas civilizaciones y la inmensidad del desierto, creando un conjunto de experiencias inigualables para cualquier viajero. Esta zona del país ofrece paisajes espectaculares, sitios arqueológicos de renombre mundial y ciudades que llevan consigo siglos de historia. Durante mi estancia en Perú, tuve la oportunidad de recorrer el sur en varias ocasiones, descubriendo tanto sus maravillas naturales como su riqueza cultural.

Cuzco

Plaza de Armas. Cuzco




La ciudad de Cusco o Cuzco se encuentra enclavada en la cordillera de los Andes, a 3.400 metros sobre el nivel del mar. Es un lugar donde la historia parece estar tallada en piedra. Cusco es una muestra asombrosa de la alta ingeniería de los incas, quienes, con herramientas rudimentarias, lograron construir estructuras que han resistido el paso del tiempo y las inclemencias de la naturaleza.

Tras la captura de Atahualpa en Cajamarca, Pizarro y sus hombres marcharon hacia Cusco, donde fundaron la ciudad el 23 de marzo de 1534. Aunque los conquistadores españoles construyeron iglesias y casas coloniales sobre los cimientos de las antiguas estructuras incas, gran parte del esplendor de la ciudad original aún se puede apreciar. La Plaza de Armas, el corazón de Cusco, mantiene la estructura que se le dio durante la época colonial, pero en el pasado estaba rodeada por los palacios de los gobernantes incas.

Durante mi estancia en Perú, visité Cusco en cuatro ocasiones: tres veces como turista y una por trabajo. Cada visita me permitió descubrir algo nuevo. La ciudad tiene un encanto especial que, en algunos aspectos, me recordó a los antiguos pueblos de España, especialmente por la forma en que está diseñada. En una de estas visitas, me alojé en el hotel Ramada by Wyndham Costa del Sol Cusco, que destaca por su excelente ubicación, ideal para recorrer la ciudad a pie.

 Pasear por la Plaza de Armas, visitar el templo Coricancha y explorar los alrededores, como Sacsayhuamán, Qenqo y Tambomachay, es una experiencia que cualquier viajero debería vivir. Estos lugares conforman una de las zonas arqueológicas más importantes del país y ofrecen una visión profunda de la historia y el legado incaico.


Sacsayhuamán: Fortaleza y Misterio

Sacsayhuamán se encuentra a pocos kilómetros de Cusco y se puede llegar caminando, aunque lo más recomendable es hacerlo en transporte público o en una excursión organizada. Esta impresionante fortaleza, construida con gigantescos bloques de granito, algunos de hasta nueve metros de altura y 120 toneladas de peso, sigue siendo un enigma. Los guías locales ofrecen diversas teorías sobre su propósito: una fortaleza defensiva, un centro ceremonial o tal vez algo completamente distinto. Lo que es indiscutible es su magnificencia y la habilidad técnica que requirió su construcción, que tomó cerca de 70 años y en la que participaron más de 20.000 personas.

Cada 24 de junio, este sitio cobra vida con la celebración del Inti Raymi, una fiesta en honor al solsticio de verano que atrae tanto a locales como a turistas.


Otros Sitios Arqueológicos Cercanos

Junto con Tambomachay, se encuentran Puca Pucará y Qenqo, tres lugares que se pueden visitar en media jornada. Estos sitios, aunque más pequeños que Sacsayhuamán, tienen su propio encanto y ofrecen una mirada adicional al mundo incaico. Es recomendable incluirlos en el itinerario antes de emprender la marcha hacia Machu Picchu.

Machu Picchu: La Ciudad Perdida de los Incas

Machu Picchu, la joya del Imperio Inca, está situada en plena selva tropical, a 2.400 metros sobre el nivel del mar y a 110 kilómetros de Cusco. Es un lugar que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y reconocido como una de las nuevas siete maravillas del mundo moderno.

El descubrimiento de Machu Picchu en 1911 se atribuye al explorador estadounidense Hiram Bingham III, quien buscaba la mítica ciudad de Vilcabamba. Lo que encontró fue algo diferente: una ciudadela construida en el siglo XV, dividida en dos grandes sectores. El sector agrícola, con sus terrazas, muestra la habilidad de los incas para adaptarse al entorno montañoso; mientras que el sector urbano destaca por sus templos, plazas y viviendas, entre las cuales sobresalen el Templo del Sol y el Templo de las Tres Ventanas.

Visité Machu Picchu por primera vez en Semana Santa de 2015 y por última vez en septiembre de 2017, acompañado por mi hija y sus amigas. La experiencia de contemplar la ciudadela al amanecer, con la niebla disipándose lentamente, es algo que quedará grabado en mi memoria para siempre.

Para llegar a Machu Picchu, el viaje comienza en Cusco, desde donde se toma un tren hasta Aguas Calientes. Desde este pequeño pueblo, construido exclusivamente para albergar turistas, minibuses autorizados suben a los visitantes en un trayecto de 15 minutos. Aunque algunos optan por subir caminando, esto solo se recomienda para quienes realizan el Camino Inca, una experiencia más exigente pero igualmente memorable.

Aguas Calientes, aunque carece de atractivo más allá de su función como escala, tiene algunos restaurantes interesantes. Entre ellos, El Indio Feliz, que ofrece una deliciosa mezcla de cocina franco-peruana y es propiedad de un francés.

 

El Valle Sagrado: Un Viaje a Través del Tiempo

El Valle Sagrado, una ruta que conecta Cusco con Machu Picchu, es una región que combina historia, paisajes espectaculares y tradiciones vivas. Este valle fue el corazón agrícola del Imperio Inca y aún conserva esa esencia en sus pueblos y sitios arqueológicos.

Pisac

Pisac, ubicado a una hora de Cusco, es conocido por su complejo arqueológico en lo alto de una montaña y su mercado artesanal en el pueblo. Desde las alturas se pueden observar terrazas agrícolas y tumbas excavadas en las laderas, un recordatorio de las prácticas funerarias de los incas.


Ollantaytambo

Ollantaytambo es el último punto de visita antes de tomar el tren hacia Machu Picchu. Este pueblo, que conserva su diseño original incaico, es un lugar fascinante para explorar. Las terrazas que rodean el sitio ofrecen vistas impresionantes, mientras que el templo en la cima es una muestra más de la habilidad arquitectónica de los incas.


Terraza de  Moray



Maras y Moray

Cerca de estos pueblos, otros lugares como las Salineras de Maras y las terrazas circulares de Moray añaden aún más riqueza al recorrido. Estuve visitándolas en el año 2017. Las Salineras, con sus miles de pozas de sal, y Moray, un centro de experimentación agrícola, muestran cómo los incas entendieron y aprovecharon su entorno natural.

Catedral de Arequipa 

 

 

Arequipa y el Cañón del Colca

Arequipa, conocida como la Ciudad Blanca, es la segunda ciudad más importante del Perú. Su casco histórico, construido con piedra volcánica, es un ejemplo perfecto de la mezcla entre arquitectura española y tradición local. Destacan la Plaza de Armas, la catedral y el Convento de Santa Catalina, una pequeña ciudad dentro de la ciudad. En las dos ocasiones que Carmen y yo estuvimos, la última en octubre de 2017 no encantó Arequipa. 

A unas cuatro horas por carretera se encuentra el Cañón del Colca, uno de los más profundos del mundo. Los miradores estratégicos ofrecen la oportunidad de ver cóndores en pleno vuelo, especialmente temprano en la mañana. Aunque el camino hacia el Colca puede ser desafiante debido a la altitud, el paisaje lo compensa con creces.

 

El Lago Titicaca

El Lago Titicaca, compartido entre Perú y Bolivia, es el lago navegable más alto del mundo, a 3.812 metros sobre el nivel del mar. En la fiesta del 1 de mayo de 2015 fuimos con otros matrimonio de colegas de la embajada de España. Por cierto otros dos y yo sufrimos sobre las 4 de la madrugada unas palpitaciones que nos despertaron a los 3 de los cuatro varones que estábamos. Lo comentamos y lo achacamos a la altura. Desde Puno, las excursiones en barco llevan a los visitantes a las islas de los Uros, hechas completamente de totora, y a la isla Taquile, conocida por su cultura textil.



En los Uros, los habitantes muestran cómo su estilo de vida ha perdurado a lo largo de los siglos, mientras que Taquile ofrece una experiencia más tranquila, con vistas panorámicas que parecen tocar el cielo.

Ayacucho: Historia y Resistencia

Ayacucho, conocida también como Huamanga, ocupa un lugar clave en la historia del Perú. Situada a 2.700 metros sobre el nivel del mar, esta ciudad fue el escenario de la decisiva Batalla de Ayacucho en 1824, donde se consolidó la independencia de Perú y de gran parte de América Latina. En ella estuvimos en el año 2015 un fin de semana.

La ciudad es famosa por sus más de 30 iglesias, que combinan estilos renacentistas, barrocos y mestizos. Durante la Semana Santa, Ayacucho se convierte en un epicentro de fe y cultura, con procesiones que atraen a miles de visitantes.

Sin embargo, Ayacucho también lleva una herida profunda: fue el lugar de nacimiento de Abimael Guzmán, líder de Sendero Luminoso, cuyo movimiento terrorista dejó cicatrices en la década de 1980. En el pasado, Ayacucho fue el centro político y administrativo de la civilización Wari, predecesora de los incas. Hoy, su herencia cultural sigue viva en la artesanía, como los alabastros y los retablos que representan escenas religiosas y cotidianas.

 

Paracas y las Islas Ballestas

En agosto de 2014, mi primer viaje fuera de Lima me llevó al desierto de Paracas y a las Islas Ballestas. Regresaría al año siguiente con Carmen para que conociera este sitio. El lugar combina paisajes áridos con una biodiversidad marina que sorprende a cualquiera.

Paracas


Paracas está a solo 250 kilómetros de Lima, un trayecto que toma unas tres horas y media por la Panamericana Sur. Su clima soleado y su constante brisa marina hacen de este lugar un destino especial. Desde aquí, partimos en una lancha hacia las Islas Ballestas, una reserva marina que alberga leones marinos, pingüinos y una gran variedad de aves. Ver a estos animales en su hábitat natural, rodeados de formaciones rocosas que emergen del océano, fue una experiencia inolvidable.

El casco urbano de Paracas también tiene su encanto. Este pequeño pueblo es conocido por su tranquilidad, ideal para quienes buscan un respiro. La Reserva Nacional de Paracas, con sus playas desérticas y su fauna única, es un testimonio de cómo la naturaleza puede prosperar incluso en las condiciones más áridas.




Nazca: Las Líneas del Misterio

En noviembre de 2014, visité las enigmáticas líneas de Nazca. Este viaje comenzó con una excursión al oasis de la Huacachina, un lugar rodeado de dunas donde disfrutamos de un emocionante paseo en buggy. La experiencia de recorrer el desierto a gran velocidad fue inolvidable, pero el objetivo principal era Nazca.

Las líneas, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, son uno de los mayores misterios arqueológicos del mundo. Sobrevolarlas en avioneta permite apreciar figuras como el colibrí, el mono y el astronauta. Aunque las figuras son menos grandes de lo que imaginaba, su precisión y el hecho de que hayan sobrevivido durante siglos las hacen fascinantes.

El sur de Perú es un lugar que te envuelve. Cusco y Machu Picchu hablan del pasado, de lo que quedó tras los incas. Paracas y Nazca muestran un paisaje duro, casi infinito, donde la historia y la naturaleza se cruzan. Cada lugar tiene su propia voz. Cada uno te cuenta algo, aunque a veces apenas sea un susurro. Viajar por el sur no es solo moverse por caminos y ciudades; es mirar de frente al corazón del Perú y sentir cómo late, despacio, pero con fuerza.

 

 

 

 

 

 

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