No mezcles la verdad con la mentira.
El Corán
El 7 de octubre de 2023 quedará grabado en la memoria colectiva de Israel y del mundo como un día de horror y tragedia. En ese fatídico día, el grupo terrorista Hamas lanzó una serie de ataques contra civiles israelíes, acabando con la vida de más de 1.400 personas, muchas de ellas mujeres, niños y jóvenes que simplemente disfrutaban de un concierto. El secuestro de más de 300 personas, que no fueron asesinadas en el acto, también dejó una herida profunda. Lo que se vio en Gaza tras los atentados —cánticos de celebración y jubilo— mostraba una imagen escalofriante. Todo esto ocurrió en cuestión de horas. Y es importante no olvidar que no hubo una respuesta inmediata por parte de Israel.
Hamas, consciente de las inevitables consecuencias de su ataque, había preparado sus movimientos. Anticiparon la reacción israelí y se escondieron en túneles y refugios subterráneos cuidadosamente construidos en Gaza. Era un movimiento calculado y cínico, que no solo buscaba maximizar el impacto de su ataque, sino también proteger a sus líderes mientras la población civil se quedaba en la superficie, a merced de los bombardeos.
Dos meses después, las imágenes que llegan desde Gaza muestran una realidad devastadora. La guerra contra el terrorismo de Hamas ha cobrado un costo humano altísimo, con casi 20.000 muertos entre israelíes, palestinos y militantes de Hamas. Las escenas son desoladoras: familias destruidas, ciudades arrasadas y un conflicto que parece no tener fin. Para muchos en Gaza, los combatientes de Hamas son vistos como mártires que han ido al encuentro con Alá, una visión que alimenta la narrativa de la resistencia y que, de alguna manera, consuela a aquellos que han perdido a seres queridos. Pero, ¿es suficiente ese consuelo? ¿Puede justificar la masacre y la destrucción?
El conflicto entre israelíes y palestinos tiene raíces profundas en la historia. A menudo se simplifica al señalar la creación del Estado de Israel en 1948, pero la realidad es mucho más compleja. Antes de que existiera Israel, la región estuvo bajo el mandato británico, y antes de eso, bajo el Imperio Otomano. La historia de este territorio incluye una sucesión de imperios y civilizaciones, pero lo que no existió en ese largo recorrido fue un Estado palestino.
Para entenderlo mejor, veamos la cronología:
- Antes del Estado de Israel, existía el mandato británico.
- Antes del mandato británico, el Imperio Otomano.
- Antes del Imperio Otomano, los mamelucos de Egipto.
- Y así sucesivamente, retrocediendo en el tiempo, pasando por los ayubíes, los francos, los bizantinos, los sasánidas, los romanos, hasta llegar al Reino de Israel y Judá.
Este territorio ha sido testigo de una rica y variada historia, pero la noción de un Estado palestino, como lo entendemos hoy, nunca existió. Esto no busca negar las aspiraciones de los palestinos, sino poner en contexto un conflicto cuya historia es a menudo manipulada y malinterpretada.
Lo que comenzó con un ataque atroz por parte de Hamas ha derivado en una guerra que parece no tener fin. Las cicatrices que dejará este conflicto, tanto en israelíes como en palestinos, serán profundas y duraderas. La solución no parece estar cerca, pero lo que es claro es que ambos pueblos están atrapados en una espiral de violencia que solo trae sufrimiento.
En una intervención reciente en el programa "El Hormiguero", el escritor Arturo Pérez-Reverte ofreció un resumen claro y conciso del conflicto, basado en su experiencia como corresponsal de guerra. Su análisis, aunque breve, invita a la reflexión sobre las causas y las consecuencias de esta lucha interminable. Lo que queda claro es que este conflicto tiene raíces profundas y soluciones complejas, y que, lamentablemente, las vidas perdidas no podrán ser recuperadas.
Este conflicto sigue planteando preguntas que el mundo aún no ha sido capaz de responder: ¿cómo se puede romper el ciclo de violencia? ¿Cuándo terminará el sufrimiento de inocentes a ambos lados del conflicto?
El debate sigue abierto, pero una cosa es clara: recordar los hechos, sus causas y su historia es esencial para comprender la magnitud de lo que está ocurriendo.
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